Catorce niñas y niños de un año de edad concurrieron ayer a su primer día de clases en el Jardín de Infantes y Maternal San Francisco de Carupá, que depende de la parroquia Nuestra Señora de Carupá, del partido de Tigre, y que integra la Red de Jardines articulada por Cáritas Diócesis de San Isidro.
Esta Sala retomó su funcionamiento luego de que, durante tres años, permaneciera cerrada por problemas presupuestarios, y que tras un intenso trabajo en conjunto a lo largo del año 2015, se lograse reabrir este espacio dedicado a incrementar el bienestar de los niños y niñas en situación de vulnerabilidad social.
Cáritas Diócesis de San Isidro, a través de su Red de Jardines, reafirma su misión acompañando la gestión de los espacios diocesanos de educación infantil -como el que destacamos en esta nota-, sumándose así a las acciones tendientes a sentar las bases del aprendizaje posterior, prevenir el abandono escolar e incrementar la igualdad en los resultados del desarrollo educativo.
La existencia de estos espacios educativos también influyen directamente en la posibilidad de que, tanto el padre como la madre del niño, pueda trabajar, lo que fortalece la mayor igualdad hombre-mujer en materia de empleo.
Las imágenes que compartimos muestran con elocuencia que estas iniciativas resultan alentadoras ya que demuestran una toma de conciencia de la relevancia educativa de esta franja de edad y, en particular, su importancia en materia de lucha contra las desigualdades sociales y el fracaso escolar.